Su fruto, originario de América del Norte, es muy utilizado gracias a su contenido en proantocianidinas.
De ellas, la que desarrolla una acción más específica es la proantocianidina tipo “A”
El arándano rojo americano contiene proantocianidinas de “tipo A” exclusivas y específicas de este fruto.
Estas proantocianidinas tipo A se unen a unos filamentos (o “fimbrias”) de la bacteria Escherichia coli y de otras bacterias presentes en la orina.